lunes, 15 de septiembre de 2025

La Democracia en su laberinto


“El verdadero problema del ignorante es cuando ignora su propia ignorancia”


Por los muchos años acumulados he vivido la Transición democrática española en toda su extensión. La época actual se caracteriza por ser la de mayor déficit democrático en todo este recorrido de luces y sombras. Actualmente ser demócrata es una terminología completamente devaluada. La Democracia es frágil por su propia naturaleza y defenderla de los ataques internos y externos es tarea de los verdaderos demócratas. Su problema más grave es tener que darle cobijo (la urna siempre será el juez supremo) a fuerzas políticas extremistas que tienen como principal objetivo el destruirla. La Democracia se sustenta (o al menos debía hacerlo) en la confrontación dialéctica y en la libertad de poder manifestarse libremente dentro de un contexto donde el respeto y la tolerancia fueran sus principales señas de identidad. El Gobierno (los gobiernos) tienen como principal misión el gobernar (incluyendo para aquellos que no les votaron). La Oposición es el contrapunto legislativo para fiscalizar y erosionar a los que gobiernan. Los papeles están (o al menos debían estarlo) perfectamente definidos. Esa es la teoría pues la practica poco o nada tiene que ver con el lodazal que nos rodea. Impera a sus anchas la descalificación, el insulto, la mentira y el exabrupto más desaforado. Todo vale con tal de mantener el Poder y todo vale con tal de conquistarlo. Todos dicen hablar y actuar en nombre de los ciudadanos y buscando siempre el beneficio de los representados. Una burda mentira que, lejos de aminorar, cada día cobra más peso en una Sociedad completamente narcotizada y, por ende, despolitizada. ¿Alguien se cree que los incívicos y violentos “debates” verbales que se producen en el Parlamento tienen algo que ver con los problemas reales de la gente? ¿Qué más tiene que pasar en este pais para que nuestros dos partidos más representativos lleguen a acuerdos?
La gente en su vida cotidiana con sus problemas puntuales nada tiene que ver con esta maraña de insultos y descalificaciones. El mundo se desangra y nos cercan los problemas mientras que aquí contemplamos atónitos como placean a “viejas glorias socialistas” que a la vejez se nos han vuelto revisionistas. ¿Cuántas veces tendremos que escucharle a don Alfonso lo muchos que lee y lo mucho que quiere a Sevilla? Vivir para ver. La vanidad humana no conoce fronteras y a nadie le amarga un… homenaje. ¿Libertad de expresión? Sin duda y siempre como base y fundamento de un sistema democrático. Conozco a personas de derechas que son verdaderos demócratas y a personas de izquierdas que son antidemócratas y, evidentemente, también al revés. Estamos instalados en lo “políticamente correcto” y cualquiera que se aleje del redil será defenestrado civil y políticamente. En definitiva no somos lo que pensamos o decimos; somos lo que hacemos. Comparar a los políticos de cualquier ideología de los años setenta y ochenta con los actuales produce una cierta sensación de profundo pesimismo. Esto se puede comprobar de manera fidedigna repasando la Transición.
El Populismo en su vertiente más cutre y perniciosa se ha apoderado de nuestras vidas y haciendas. Las luces al final de los túneles se nos van apagando lentamente y terminaremos todos cayendo en brazos del estoicismo (dixit mi amigo Fali).
La Democracia en su laberinto siempre a la espera del rescate de los verdaderos demócratas. En política no hay termino medio: o Democracia o Dictadura.
 La mentira campa a sus anchas en nuestras vidas y convivimos con ella sin percatarnos siquiera. Nada hemos comprendido de cuanto la Historia nos enseña. Nadie hablará de nosotros ni incluso estando vivos. Solo nos queda el Arte y la Cultura como últimos asideros. “Dios salve a la Reina”, de acuerdo, pero ¿quién nos salvará a nosotros¿ Los salva-patrias terminan vaciando las despensas y llenando de luto los corazones de la gente. Busquemos el equilibrio dentro de lo racional y concreto apoyando a opciones políticas (de Izquierda o de Derecha) donde pueda desarrollarse el necesario consenso. Lo demás son cantos de sirena que nos llevarán al borde las trincheras. Los que juegan con fuego al final siempre se terminan quemando. Tiempo al tiempo.

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