lunes, 28 de septiembre de 2020

Clamar en el desierto

Esta Sociedad, que entre todos hemos creado, ha marcado claramente una deriva hacia la banalidad y lo compulsivo. El valor de las personas está delimitado por las formas (lo que se ve) en detrimento del fondo (lo que se es). Son legión en España quiénes conocen a Belén Esteban y muy pocos los que saben de la existencia de Almudena Grandes. La clave está en que la primera está permanentemente en la televisión y la segunda (una de nuestras mejores escritoras) solo aparece en contadas ocasiones y en programas culturales. Aquí se aprecia de manera fehaciente la diferencia entre "lo que se ve" y "lo que se es". Siempre respetando la forma que cada cuál tenga de vivir, pensar o sentir. Pero, a que engañarnos, la Segunda Ola de la Pandemia ha llegado como consecuencia de un ocio compulsivo que incita claramente a una manifiesta irresponsabilidad (este fin de semana la Policía Municipal de Sevilla ha abierto 600 expedientes por botellonas). Las imágenes que nos muestra diariamente la televisión no deja lugar a dudas de que, para algunos, la diversión tiene que ser grupal y ruidosa. Nuestras autoridades, de manera inútil y estéril, llaman de continuo a la responsabilidad ciudadana. Tiempo perdido: los responsables lo son sin necesidad de continuas advertencias y los irresponsables pasan de todo y de todos. Esto es como clamar en el desierto.


No hay comentarios: