martes, 13 de octubre de 2020

La ambigüedad programada

En un corto periodo de tiempo Leo Messi se fue del Barcelona a través de un burofax y volvió por medio de una entrevista (poderoso caballero es Don Dinero). Si o no; no o si. Pedro Sánchez nos dejó muy claro a todos los españoles que le sería imposible presidir un Gobierno del que formara parte Pablo Iglesias. Esto provocaría una sobredosis de insomnio a la mayoría de los españoles (empezando por él mismo). Poco tiempo después descubrió que Pablo Iglesias era el aliado perfecto (aunque creo que por las noches no tendrá muy lejos la cajita de Dormidina). Si o no; no o si. Hemos descubierto que se puede ir contra la Monarquía por la mañana y por la tarde, en función del cargo, ser monárquico a tiempo parcial. Esto es humano: es el cargo y no la ideología quién proporciona un buen estatus social. Si o no; no o si. Pablo Casado anuló políticamente por radical a Cayetana Álvarez de Toledo para posteriormente subir a los altares a Isabel Díaz de Ayuso. Si o no; no o si.  Intentar hoy estar bien informado se ha convertido en un ejercicio de masoquismo. Si o no; no o si. Vamos dando tumbos por estos laberintos insondables donde la ambigüedad campa a sus anchas. Si o no; no o si.

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