“En que tribunal se ha visto
ni en que Sala ni en que Audiencia
al reo darle por libre
y al libre darle sentencia”
(Fandango de Morente)
Corren malos tiempos para la judicatura española donde ya cuesta trabajo entender si la justicia está politizada o la política está judicializada. Los Partidos políticos piden respeto para los jueces salvo cuando alguna decisión judicial les perjudica. Entonces sacan toda su “artillería” a pasear. Lo que debe quedar claro es que el comportamiento de algunos jueces no puede englobar a todos un colectivo. Si vas al dentista y te hace una chapuza en la boca no puedes decir que todos los dentistas son unos chapuceros. La gente percibe algunas sentencias judiciales entre el estupor y la perplejidad percibiendo, una vez más, que en algunas ocasiones (quizás más de las debidas) lo legal y los justo caminan por senderos muy diferentes. Debemos asumir que el trabajo de los jueces es sumamente complejo y que trabajan en unas condiciones donde la falta de recursos materiales y humanos son más que patentes. ¿Les suena la tan cacareada Ciudad de la Justicia en Sevilla? Aquí con tal de conseguir el Poder se ataca de manera miserable y ruin a personas y familias que, a la postre, se sienten indefensas. Los políticos utilizan (o al menos lo intentan) a los jueces como marionetas de un guiñol. Lanzan bulos maliciosos con la esperanza de que estos entren en los laberintos judiciales para poder tumbar al adversario. El necesario civismo democrático ni está, ni se le espera y, lo mas preocupante, tampoco parece interesarle a nadie. De manera permanente se nos proclama que en una verdadera Democracia la separación de poderes es uno de sus principales basamentos. Lo que ocurre es que en ocasiones puntuales está afirmación queda en el pantanoso terreno de la ambigüedad. Tenemos que asumir que el papel de los jueces es de una gran complejidad y donde, algunos políticos, siempre actuarán en función de sus espurios intereses. Estamos actualmente, a que dudarlo, ante la clase política más endeble dialécticamente de toda la Historia reciente de España. Sectaria, dogmática, sin nada que proponer salvo grandes raciones de odio y rencor. ¿Qué leerá esta gente en su tiempo libre¿ ¿Caso de no dedicarse a la política donde conseguirían sus nada desdeñables ingresos económicos? Todo les vale con tal de llegar al Poder y son incapaces de reconocer sus errores y mucho menos de pedir disculpas por los mismos. Han llevado al noble y necesario ejercicio de La política al sumidero de la insidia y la descalificación. Machacando a personas inocentes y por extensión llevando el desconsuelo a sus entornos más íntimos. Siempre contando con sus fieles e interesados aliados mediáticos. Todo se nos queda plasmado en el sueño de una noche de verano. Soñar, aparte de gratis, es necesario. Soñemos con una prensa libre, imparcial e independiente. Con jueces aplicando las leyes de manera justa e imparcial. Unos Políticos priorizando los intereses de los que dicen representar. Ciudadanos libres sabiendo distinguir la verdad de las grandes mentiras. Como cantaba la gran Mina….”Parole, parole, parole…”
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