Afortunadamente, poco a poco, me voy reencontrando con el núcleo generacional con el que comparto paseos matinales. Están todos y, lo más importante, todos se encuentran en perfecto estado de revista. Se nos ha extraviado, eso sí, un querido colega del Barrio de San Bernardo y por el que ya hemos puesto en marcha la correspondiente máquina investigadora. Quiera su Cristo de la Salud y su Virgen del Refugio que se encuentre sano y salvo. Observo en los encuentros mañaneros que prevalecen dos temas de conversación: las vacunas y las articulaciones. Te preguntan del tirón si ya te has vacunado; que vacuna te han puesto y si has notado alguna reacción negativa. Después ya te empiezan a detallar los problemas derivados de las articulaciones. Fundamentalmente en lo que se refiere a hombros, codos y rodillas. Se ve que el largo enclaustramiento nos ha pasado factura osea a los seguidores de Elvis y The Beatles. Observo con admiración que es bien cierto que los viejos rockeros nunca se rinden. No será por la insistencia de algunos estamentos sociales para poder tumbarnos.
1 comentario:
Me alegra saber que todo ha ido bien hermano, yo también sobrevivo más aburrido que las ostras.
Un abrazo.
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