martes, 25 de octubre de 2022

El Arte entre cipreses



Desgraciadamente ocurre con demasiada frecuencia  que en la Historia del Arte se producen fallecimientos de grandes artistas en plena juventud. Ausencias que no han hecho más que transformarlos de grandes artistas a grandes leyendas. Se van las personas y permanecen para siempre los mitos. Nunca, absolutamente nunca, podemos reivindicar la muerte como algo positivo en el transcurrir existencial de las personas. Nada existe más importante que la vida y perderla joven es una auténtica tragedia. Mozart falleció con 35 años de edad. Creó en su prolífica vida artística más de 600 creaciones abarcando todos los géneros musicales. Sus primeras obras las compuso con 5 años de edad y tocaba varios instrumentos (incluso con los ojos cerrados). Con muy pocos años su padre lo paseaba por todas las cortes europeas para hacer caja con sus extraordinarias habilidades. La música de Bach te acerca a Dios; la de Beethoven se hace presente en la comunión del hombre con la Naturaleza. En la de Mozart está todo reflejado: Dios, la Naturaleza y los Hombres. John Coltrane (también conocido como Trane) dejó de respirar cuando contaba 40 años de edad. Saxofonista tenor y saxo soprano le dio la vuelta como un calcetín a todo el Jazz contemporáneo. Su inmortal música tenía aires reivindicativos hacia los Derechos Civiles de los negros y una cierta trascendencia religiosa (espiritual). Grande entre los grandes su fama se acrecienta con el paso de los años. Elvis Presley nos privó de su mágica presencia cuando tenía 42 años de edad. Cambió radicalmente no solo la música ligera contemporánea sino una forma expresiva que provocó una catarsis social nunca antes alcanzada por ningún artista. Un crítico del New York Time llegó a decir: “Es curioso que el negro que mejor ha cantado en toda la historia se llamara Elvis y fuera blanco”. El rock and roll y las baladas de Elvis superan las barreras del tiempo y las modas estilísticas hasta situarlo en el Olimpo de los dioses de la Música. Estos días se está proyectando una excelente película sobre su vida. La dirige Baz Luhrman con dos interpretaciones de Óscar: Austin Butler como Elvis y Tom Hanks como el Coronel Parker. James Dean se mató en un accidente de coche cuando tenía 24 años de edad. Nos dejó tan solo tres películas filmadas (“Al este del Edén”; “Rebelde sin causa “ y “Gigante”). Con este corto bagaje interpretativo ha pasado con letras de oro a la cima más alta de la Historia del Séptimo Arte. Cuando falleció Camarón de la Isla su partida de nacimiento nos decía que sumaba 41 años de edad. Un auténtico revolucionario del Flamenco que, junto a Paco de Lucia, trazaron la senda sonora del Arte Jondo del siglo XXI. El Cante de Camarón se vertebra desde las viejas raíces cantaoras para crear nuevas y frondosas ramas en el Árbol de las sonoridades flamencas. Un Genio que nos dejó un rico y extenso legado discográfico. Todos los citados representan una excelsa muestra de grandes Genios del Arte cuyas vidas se truncaron sin poder traspasar la frontera de la madurez existencial. Cuesta asimilar que nos dieran una muestra tan extraordinaria de sus inconmensurables talentos en unas vidas tan cortas. Puede que sea verdad que, en no pocas ocasiones, prevalece la calidad sobre la cantidad. A los cipreses de los viejos cementerios en días otoñales los mueve la Música en cualquiera de sus expresiones. Son, han sido y serán para siempre los cipreses del Arte. 

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