Se ha cumplido la crónica de una marcha anunciada. Jesús Navas dejará a final de temporada la disciplina de su querido Sevilla FC. Le contemplan 688 partidos con la Entidad sevillista y ha sido uno de los principales artífices de la Edad de Oro del Sevilla. Ha jugado 51 partidos con la Selección Española y ha participado en tres títulos fundamentales de la misma. Le cabe el inmenso honor de haber participado en el gol más famoso de la Historia de la Selección (gol de Andrés Iniesta contra Holanda). Ignoro los vericuetos directivos que han impedido la renovación del jugador de Los Palacios y Villafranca aunque resulta evidente que Jesús Navas tiene todavía mucho fútbol en sus botas. Estamos a que dudarlo ante un futbolista excepcional y, lo más importante, alguien respetado y querido en toda la esfera del mundo futbolero. Un deportista integro en el más noble sentido del término. Como futbolista reúne unas condiciones que lo hacen entrar por derecho propio en el Olimpo de los grandes jugadores. La banda es su espacio natural y con unas condiciones físicas y técnicas excepcionales la recorre cientos de veces en cada partido. Incansable en sus subidas y bajadas es una bala que percute siempre por el lado derecho del campo. Sabe elegir en cada momento la opción más acorde con lo que reclama la jugada. Debajo de una apariencia física de una cierta fragilidad se esconde un enorme potencial físico de difícil parangón entre los jugadores de banda. Hombre sencillo y poco dado a las exposiciones mediáticas. Jesús Navas reparte su tiempo entre su profesión de futbolista y un fuerte apego por su familia. Introvertido y tremendamente afectivo en las distancias cortas se nos configura como ejemplo y modelo de gran deportista y mejor persona. Cuando en la actualidad la imagen le ha ganado su sitio natural a la imaginación Jesús Navas se nos representa como el adalid de la verdad de este mercantilizado deporte. No sabemos donde será su próximo y posiblemente último destino futbolero. Desearle suerte, mucha suerte, es nuestra obligación moral ante este futbolistas tan excepcional. Engrandeció y ennobleció el deporte que ha practicado intensamente desde niño. La recta de Los Palacios es la senda que lo trajo a la Ciudad de Sevilla para mayor gloria de uno de sus grandes Equipos. Jesús Navas sevillista ejemplar y deportista integro tanto en el continente como en el contenido. Una forma de jugar; una forma de sentir; una forma de pensar y una forma de actuar que lo configuran como alguien absolutamente admirable. Se marcha el jugador y nos deja una huella imborrable por los vericuetos sentimentales del Barrio de Nervión. Suerte Jesús y eternamente agradecidos por tanto como nos ha dado. Poner de acuerdo a béticos y sevillistas en afectos compartidos solo está al alcance de los mas grandes. Jesús Navas o la verdad del Fútbol.
viernes, 17 de mayo de 2024
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