viernes, 9 de junio de 2023

El triunfo de lo efímero


Por lo visto ayer jueves (Día del Corpus) lo de los tres jueves que relucen mas que el sol habrá que ponerlo en entredicho. No conocemos antecedentes de un Corpus suspendido por la lluvia. Mis recuerdos más antiguos de este señalado día sevillano se remontan a los albores de mi niñez. Iba a verlo acompañando a mi abuela Teresa y a mi madre pues teníamos como aliciente que mi hermano procesionaba cantando con la Escolanía Virgen de los Reyes. De esto ya han pasado ¡setenta años! pero lo recuerdo con mucho cariño y una absoluta nitidez. El Corpus se nos configura como la Fiesta más importante de la Ciudad. Eso si, siempre ligando lo importante con lo verdaderamente sustancial. En el Corpus están reflejado todos los avatares que ha experimentado Sevilla. Estudiar la Historia del Corpus es estudiar la Historia de la Ciudad. Sus orígenes en Sevilla se remontan al año 1400 pero es en 1426 cuando disponemos de documentación fidedigna. Vivimos tiempo donde prima la aceleración y la comodidad. El Corpus no se concibe dentro de esos dos parametros. Hay que pegarse un madrugón y estar a pie de calle viendo pasar pacientemente la larguísima  y tediosa comitiva. Si pretendemos que las tradiciones, las verdaderas tradiciones, pervivan con el paso del tiempo no queda otra que adaptarlas a los nuevos tiempos. No se trata de alterar su idiosincrasia sino de ir puliendo aristas que lo hacen, para muchos sevillanos y sevillanas, poco atractivo. Valga como un claro ejemplo el de las Hermandades sevillanas que siempre se han adaptados a las distintas épocas que les ha tocado vivir. Mientras que cada año va decreciendo el interés popular por el Corpus de manera paralela aumenta de manera exponencial el auge de una Fiesta foránea como es la de Halloween. Primero fue cosa de niños y ahora ya se disfrazan hasta algunos abuelos. Quede claro que cada cual es muy libre de rellenar sus espacios culturales-sentimentales como estime oportuno. El Corpus sevillano unido por los siglos a  su comienzo procesional (arranque) con los niños Carráncanos y a los Seises que danzan de manera sincronizada para que no deje de latir el Corazón del Mesías. El Corpus es Arte, Fe, Tradición y Belleza. Todo perfectamente sincronizado. Su diferencia fundamental con la Semana Santa es que esta, aparte de los valores antes mencionados, aporta un enorme sustrato intimo (la familia) y una pertenencia territorial (el barrio). El concepto de tribu en el mas noble sentido del término. La excelencia sevillana siempre estará en el majestuoso ropaje de los Seises y no en un disfraz hortera donde se rinde culto a la muerte (cosa bien distinta es rendírselo a los muertos). Desgraciadamente ya vivimos inmersos en la decadencia existencial donde en todos los conceptos prima lo efímero. La banalidad se muestra triunfante ante nuestra indolencia. Su triunfo (las formas) es el de nuestra derrota (el fondo). Tiempos veredes amigo Sancho.

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