El distanciamiento social es una medida higiénica - sanitaria que, según los expertos, es fundamental para preservarnos del contagio del virus. El acercamiento político es una medida que, según el sentir mayoritario de la población, es absolutamente fundamental para salir del atolladero donde estamos metidos. Lo primero, el distanciamiento social, salvo incívicas excepciones se está dando de manera mayoritaria. Lo segundo, el acercamiento político, no solo no se produce sino que hemos llegado a un nivel de crispación y descalificaciones absolutamente aberrantes. Cuando decimos que "de esta sólo saldremos unidos" no estamos proclamando un eslogan publicitario sino que constatamos un hecho irrefutable. El "espectáculo político' al que estamos asistiendo estos días no hacen más que hundirnos en el pesimismo. Si un ropaje ideológico no tiene como finalidad primordial configurarte en mejor persona algo no encaja y, además, estás siendo objeto de interesadas manipulaciones. Resulta desalentador comprobar cómo, en una situación tan dramática, cada Partido solo intenta sacar rédito a costa del sufrimiento de la gente. Los "malos" son siempre los "otros" y nos han convertidos en palmeros de un Circo donde hasta los elefantes son de cartón piedra. Cuando le pregunto a mi vecino si quiere que le baje la basura o le ayude con la compra me resulta indiferente que vote a VOX o a PODEMOS. Lo hago porque se que está solo y tiene una operación reciente de cadera. Con la certeza añadida de que él haría lo mismo por mí. Es desesperante hacerte viejo sin que desaparezcan las trincheras españolas. Pero la única conclusión que somos capaces de sacar es que son "ellos" los culpables. Ellos y nosotros; nosotros y ellos y, como pasó siempre, el solar patrio está sucio, envenenado y sin barrer.
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